Tras el frenesí del capítulo anterior, era de esperar que no saliera todo perfecto. La joven y despistada Zoe, por las prisas tontas del estar huyendo para salvar la vida, se dejó el móvil en la escena del crimen. Hecho que dificulta bastante las cosas, ya que en el registro de llamadas se podrá ver el número de Héctor, y el disimular su implicación en los acontecimientos se complica.